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Este 15 de octubre se celebra el Blog Action Day cuyo tema de este año es The Power Of We.
Primero debemos preguntarnos quienes son/somos
nosotros.
Se deduce que nosotros, son aquellos que han dado un
dinamismo con una eficacia sin precedentes a la forma de manifestarse
socialmente gracias —en muy gran medida— a las facilidades de las tecnologías
de la información y a la proliferación de redes sociales virtuales que permiten
comunicarse como nunca antes en la historia. Las ventajas multimediales
favorecen enormemente el flujo de ideas, convirtiendo los medios —digitales
principalmente— en un arma que, bien utilizadas, pueden ocasionar irritaciones
a los gobiernos del mundo globalizado.
¿Nosotros quienes?
Nosotros, el 99%, decían las pancartas en el
movimiento Occupy Wall Street en Nueva York, personas de a pie cansadas de las
injusticias y las arbitrariedades de un sistema funcional a los intereses de los
más poderosos y en desmedro de los más débiles; esos nosotros quienes fueron
elegidos el año 2011 como personaje del año por la revista time: los
manifestantes.
Smiley CC 2.0 por Francisco Osorio
Los movimientos sociales encarnan a la perfección
ese Power Of We, que como un monstruo dormido, se yerguen no para dar forma a
un inexpugnable Leviatán sino para dar forma a un corpus igual de inmenso que
hace frente a los colosos y desgastados Estados Nacionales, así como para
ponerle embelecos al Juggernaut Giddensiano. Esto es apreciable incluso en
sociedades con un alto nivel de desarrollo democrático, económico y
científico-técnico, pero también claramente en países periféricos.
La sorpresiva Primavera Árabe, ha sido el despertar
más violento de esas masas descontentas que, a punta de balas, han luchado por
lo que consideran justo, haciendo frente a dictaduras que parecían imbatibles,
no solo por su larga data, sino por la crueldad de esos regímenes.
De una manera u otra está surgiendo y conformando
una conciencia global facilitada por las redes virtuales transnacionales
globales (consecutivamente reales) contextualizadas en una sociedad de la
información.
A pesar de que el historial de movimientos sociales
en Sudamérica es bien extenso (desde el movimiento de los sin tierra en Brasil,
pasando por el movimiento por el agua en Bolivia) en Chile el reciente
movimiento estudiantil y su germen, el movimiento pingüino del 2006, ha puesto
a la ciudadanía en esa ola global y esperanzadora del despertar social. No
obstante es necesario -—para que dichos movimientos tengan un efecto real,
duradero y significativo— converger con otras reivindicaciones que abogan por
otros derechos y que una mirada somera las apreciaría como disímiles. Estas son
las reivindicaciones de género, sexuales e indígenas. A pesar de que en una
modernidad inconclusa, los sujetos sociales en apariencia parecen estar
disgregados y sin un corpus claro ni definido, es precisamente debido a la
desaparición del otro -el otro como sujeto de la sociedad moderna industrial
y/o periférica- a medida que se interna en la sociedad moderna tardía, lo que
propicia este corpus inaprehensible, siendo esta característica su mayor
ventaja. Inaprehensible no tan solo para los agentes políticos, económicos y
científicos sino que incluso para nosotros mismos. Cada reivindicación de
género, sexual e indígena compone un avance insoslayable para una sociedad, una
modernidad efectivamente democrática y participativa.
¿Por qué?
porque cada una de esas visiones contienen el
potencial de una nueva civilidad para hacer frente a las viejas formas de
generar conocimientos excluyentes y sesgados en muy gran medida; una nueva
forma de hacer política verdaderamente integradora. Es precisamente esta
crítica -que está disminuida por esa ilusión de modernidad que ahora
confrontamos con el poder del nosotros- la que pretenden vitalizar los
diferentes movimientos sociales, nacionales o transnacionales.
¿Cómo?
la respuesta sugerida por los movimientos sociales
es invertir las viejas formas de hacer política, conformar una sociedad
verdaderamente justa desde abajo, a diferencia de las políticas elitistas y
tecnócratas que han prevalecido hasta ahora.
El (noble) propósito transversal de todos estos
movimientos sociales es hacer precisamente más democráticas las democracias
nacionales a través de una organización subpolítica que se alimenta de una
desobediencia creativa como fuerza compensadora de las políticas desde arriba.
Los movimientos sociales componen un acto de
afirmación de la sociedad civil (sub)políticamente creativo y legítimo a falta
de visión de futuro de las elites tecnócratas.
Damnation © Ariel Cabrera
Etiquetas: #BAD12, #POW12, #PowerOfWe
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